Hola a todos y, antes de nada, disculpad la escasez de tonterías publicadas últimamente en esta, vuestra charca. De hecho, mientras estoy escribiendo estas líneas, se me ocurre que, ya que estoy, también podría pediros perdón por el peinado de Aznar, por los sobresaltos que habreis sufrido al encontraros de repente con la imagen de la vicepresidenta del gobierno (notad que no he querido decir "Mª Teresa Fernandez de la Vega" con la intención de evitar, en la medida de lo posible, que os venga su imagen a la cabeza) por la ineficacia de los progenitores (partiendo de la base de que sea humano, y de que los haya tenido) de un tal George W. (y un apellido que no queremos mencionar -por no meternos en problemas- pero que acaba en "ush") a la hora de encontrar un cerebro para su retoño (habría bastado con que hubiera sido uno -o tal vez una parte- símplemente decente) Y todo esto entre otras muchas cosas más (yo diría que demasiadas) pero aunque fuera responsable de alguna en alguna medida, o mis disculpas pudieran ser convalidadas de alguna forma, el daño ya estaría hecho, por lo que sería inútil... así que haré como si no hiciera casi dos meses que no publico nada (y tú, Pilar; ni se te ocurra meter un comentario que rompa la magia que tanto me ha costado crear -aunque todo sea cosa del tío Jackie-).

Seguramente, muchos pensaréis que me ha afectado la crisis (por mi charca no paran de preguntármelo, cada vez que coincido con alguien en algún nenúfar saca la conversación) pero nada más lejos de la realidad... lo cierto es que la llegada de la crisis ha sido como una liberación; hasta que el ministro de aburr... de economía, Pedro Solbes, no anunció que por fín estábamos en crisis, la condenada desaceleración no me dejaba acabar ningún artículo... los empezaba todos con buen ritmo, pero enseguida empezaba a perder velocidad hasta quedarme parado.

El caso es que, tonterías aparte, como últimamente he empezado a escribir este post sin objetivo, sin un tema definido; lo he hecho símplemente por la necesidad de hacerlo (y aunque haya mencionado la palabra "necesidad", no estoy escribiendo desde el W.C. aunque esté a punto de hacer una pausa -que vosotros no notareis- para visitarlo) y porque -¿porqué no decirlo?- últimamente me están presionando desde varios frentes para que escriba algo (lo siento por todos los demas, seguramente la gran mayoría) y aquí me teneis, intentando darle un sentido entre estas líneas al verbo "divagar".

Y es que lo cierto es que estoy bastante desconectado de lo que sería la actualidad (he de reconocer que es una de las ventajas de tener un bebé) En cuanto a la falta de frecuencia de publicación en este blog, yo le echaría alegremente las culpas al pequeño Pau, pero como a él seguramente le daría igual, y no dispongo de ningún Zaplana o Acebes (afortunadamente) a los que echar a la calle, haremos lo que suelen hacer los políticos: correremos un tupido velo y no prometo nada, pero espero ir apareciendo por aquí más a menudo...