Vuelve a hacer casi un mes que no escribo aquí, y no es que no haya tenido nada que contar, símple y llanamente no he encontrado el momento. Y esto me hace pensar en las socorridas palabras "no he tenido tiempo" ¡que gran excusa!

Esas palabras pueden llegar a ser casi mágicas, aunque siempre usadas con moderación y prudencia, ya que un uso repetitivo sobre el mismo sujeto puede acabar produciendo consecuencias opuestas a las esperadas (por decirlo muy, muy fino)

Por ejemplo, cuando tu jefe se te acerca increpándote: "¡Martínez! ¿Y los informes que le pedí?" un "lo siento, pero no he tenido tiempo" no sólo te salvará la situación, sino que calmará temporalmente a la bestia, que se quedará con la sensación de que tu tiempo (y su dinero) no están siendo malgastados (aunque eso sí, si se abusa de su uso de forma consecutiva puede requerir ser acompaña de pruebas... o puede que las pruebas las tengas que hacer tú mismo -en otra empresa y para conseguir otro puesto de trabajo, claro-)

Pero las posibilidades de esta excusa no se limitan al entorno laboral, sino que puede ser utilizada en cualquier situación de nuestra vida cotidiana... como cuando tu pareja te pregunta al llegar un poco tarde del trabajo (ya sea porque has estado de cañas o de compras) "¿te acordaste de pasar por el supermercado, como te dije?" y tú le contestas "lo siento cariño, ni te imaginas el día... no he tenido tiempo". En este caso, la mágica frase no sólo es capaz de eximirte de la culpa, sino que además puede provocar, como efecto colateral, que tu pareja se apiade del cansancio que presumiblemente llevas encima y acabes la jornada recibiendo todo tipo de atenciones (no olvidemos que, como siempre, un abuso de esta técnica puede acabar volviéndola contra tí, como por ejemplo cuando le comentes a tu pareja: "cariño, hace siglos que no tenemos sexo" y la contestación sea "lo siento cariño, pero no he tenido tiempo"

Y para acabar, quiero sincerarme explicándoos que, cuando empecé este post, símplemente quería excusarme por tener tan un poco abandonado el blog, pero como no he tenido tiempo, no me había preparado ninguna excusa... y al final hemos acabado así (esperemos que ni mi mujer ni mi jefe lo lean).