Ya he vuelto de mis vacaciones (aunque para mí llamar vacaciones a un puente de cuatro días es como decir que Torrebruno era un gran hombre -que no quiero decir persona- o que Aznar fué un gran presidente, y aquí ni hablamos de hombres, ni hay aclaraciones)
Lo primero que he pensado al darme cuenta de que se acababan, y que tendría que volver al trabajo, por llamarlo de alguna manera y que tanto dignifica y llena nuestras vidas (y digo yo ¿porqué no nos dejan probar a ser indignos y a estar vacíos por dentro? igual hasta a alguno nos gusta) es que por fín podría descansar (lo cual no quiere decir que no lo haya pasado en grande estos días, y esto va por los que se puedan sentir aludidos)
Pues eso, que no tenía nada mejor que hacer a la una y media de la madrugada que comentároslo...