La semana santa es una fiesta que siempre es bien recibida. Los más afortunados disponen de hasta 10 días de vacaciones (los menos trabajan en gasolineras o en McDonald's) pero como mínimo, la mayor parte de la población podrá disfrutar de un largo y caro fin de semana de entre 4 y 5 días (menos los de las gasolineras y los McDonald's, claro...)

Para este año, Tráfico prevee más de 15 millones de desplazamientos por carretera. Este dato, nos dice que con una media de 3 personas por vehículo habría 45 millones de españoles metidos en la carretera... Vamos que si tenemos en cuenta que según el INE sólo somos 43 millones, este año hasta Zapatero, con la mujer, los niños y la suegra se comerán las colas en la carretera (eso sí, con buen talante)

Ante tales cifras, la Dirección General de Tráfico no ha tardado en responder, y como los coches oficiales ya los tenemos muy vistos, han decidido (juguetones ellos...) ampliar su parque de vehículos camuflados:

La DGT utilizará 132 nuevos vehículos camuflados desde esta Semana Santa

Estos vehículos actuarán junto con los otros 124 de los que ya disponía la agrupación de tráfico, por lo que el parque de coches camuflados de la Guardia Civil de Tráfico pasa a ser de 256 unidades

El mundo
Vamos a ver, 256 vehículos para controlar a 15.000.0000 de conductores suponen unos 58.000 de nada para cada uno ¿no se habrán pasado un poco? A ver si luego va a resultar que tienen poca faena y nos los encontramos en el bar... Eso sí, ahora reimos pero si se da el caso de que se nos pone uno por delante (por detrás queda como más feo) y se le encienden todas las luces, convirtiéndose de golpe en una feria con ruedas (con megáfono incluido pero sin muñeca chochona) nos ponemos a sudar hasta por los botones de la camisa.

Pero si hay algo por lo que la semana santa es una fiesta especial son las procesiones. Ves a verdaderas multitudes de gente, muchos llorando histéricos al ver a una figura de escayola y otros casi peleándose por llevarla a hombros (luego seguro que en su casa lo más pesado que levantan es una cerveza)

A mí de todo esto, siempre me han llamado mucho la atención los que se pegan con el látigo. En cualquier otra situación, a un tío con una máscara de cuero y azotándose con un látigo se le llama como poco depravado, en cambio estos días te pones una capucha y te flagelas alegremente por la calle y te vitorean...