Una vez más, nuestro ex-presidente Jose Mª Aznar está acaparando las portadas de los periódicos de este país, primero por unas "fotocopias" de unos papelillos que ahora resulta que alguien dice que son secretos y ahora por una medallita de nada. Parece ser que ahora han aparecido unos informes que demuestran que el anterior gorbierno contrató los servicios de un gran bufete de abogados norteamericano. Este hecho, por sí mismo no tendría porque ser un escándalo (hay muchos gobiernos que solicitan los servicios de estos bufetes) pero hay gente muy mala por el mundo y alguien ha hecho publicas informaciones sobre el contrato y las facturas, seguramente con la malsana intención de tergiversar los hechos y dañar la imagen de nuestro ex-presidente (¿comunistas pancarteros quizas?). Total, la "facturita" sólo asciende a 2 millones de dólares de nada, y el hecho de que dichos servicios se contrataran sólo tres meses antes de las elecciones (¿parece que teníamos algo de prisa eh?) no tiene nada de extraño... se olvidarían de la proximidad de las elecciones; un lapsus lo tiene cualquiera ¿no? Pero lo que realmente está provocando reacciones son los informes del bufete en que detallan sus esfuerzos para conseguir la concesión de la medalla de oro del congreso de los EEUU a nuestro inquieto ex-presidente. Esta tarea, consistía entre otras acciones en contactar con los miembros del congreso "rogándoles asistencia" (¿$$$?) a los actos que el sr. Aznar realizaba en Washington. Esto sí que es extraño: si Aznar quería una medalla, ¿porqué no se la pedía a Trillo? lo tenía en el despacho de al lado y es todo un experto en la materia. Por su parte, el sr. Aznar no quiere entrar en polémicas y con el saber estar y la suavidad que le caracterizan sólo ha mostrado "desprecio" por las informaciones sacadas a la luz. Yo creo que lo que pasa es que le tienen envidia, además ¿para qué necesitaba el gobierno del PP pagar (con fondos públicos) para conseguir influencia en los Estados Unidos? Con lo amigos que son Aznar y Bush habría bastado con que le invitase a unas cañitas y medalla concedida.