Tue, 20 Apr 2004 - Archivado en Sociedad (limitada) y Sociedad (limitada)
Dentro de unos días se celebra uno de los partidos de fútbol más esperados del año: Real Madrid vs. F.C.Barcelona. Es curioso ver como la gente se va preparando para el acontecimiento: se desentierran banderas y bufandas, se generan nuevas tensiones y se acentúan viejas rivalidades en el trabajo, algunos cogen vacaciones para viajar y asistir al encuentro -otros simple y descaradamente enferman-, los bares organizan apuestas y se frotan las manos mientras se preparan para hacer un "lleno" el día del encuentro. Lo llaman "derbi" ¿que porqué derbi y no montesa o yamaha? Pues no lo sé la verdad... parece ser que el nombre viene dado por una famosa carrera anual de caballos, pero aparte del parecido que tienen algunos jugadores con este noble animal y dejando aparte que otros lucen una "cola" similar (cójase por donde se quiera) no veo la relación. Lo que está claro es que este tipo de acontecimientos cada vez levanta más pasiones (a los que ganan claro, por el contrario los del equipo perdedor esa noche pueden sufrir algún ataque de apatía o incluso flacidez) Pero es cierto, sólo hay que pararse en cualquier bar y fijarse en algunas conversaciones: venas del cuello hinchadas, caras enrojecidas, papadas temblorosas, gafas empañadas... al final es como ver un debate sobre mochilas entre clones del Pocholo y sin moderador. Y no hablemos de los jugadores, cada vez estoy más convencido de que una de las cualidades más importantes para ser una estrella del fútbol es la capacidad interpretativa del indivíduo. Algunos jugadores, cuando sienten el contacto de un contrario son capaces de caer al suelo con una velocidad fulminante y dando más volteretas y tirabuzones que Jackie Chan en sus mejores tiempos y ayudado por cables. ¿Y cuando meten un gol? La lista de formas de celebrarlo es interminable, unos se levantan la camiseta, otros hincan una rodilla en tierra emulando a un torero, también hay quien sale corriendo hacia el banderín del córner y lo zarandea... pero sus compañeros no se quedan quietos no, lo persiguen por todo el terreno de juego y se abalanzan sobre él provocando una montaña humana, lo abrazan y hasta lo besan (y seguramente más tarde acabarán duchándose juntos...) La verdad, yo no me imagino a los empleados de una oficina persiguiendose entre sí y zarandeando la fotocopiadora porque les den un día de fiesta, ni a los paletas de una obra abrazándose y besándose cuando acaban una hilera de tochos.
Publicado por LaRanaBudWeisEr.

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